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¿Qué aprendí en Febrero 2023?

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Ya tenía buen rato sin escribir, creo que en diciembre fue la última entrada que hice, y aunque este sitio ya tiene algunos meses publicado, no lo he dado el amor que merece.

Febrero ha sido el mes más difícil que he tenido en varios años y creo que es tiempo de contarles que fue lo que pasó. No solo para contarlo, sino también para recordarme a mí misma que fue lo que aprendí y lo que viví y que esto me motive a continuar mejorando otras áreas de mi vida.

El año pasado (2022) decidí que quería estudiar una maestría en el extranjero. Después de mucho tiempo de búsqueda y mucho esfuerzo, llegó el momento en el que tenía que partir. Alisté mis maletas y emprendí un viaje que duró más de 20 horas para llegar a mi destino. Un destino con el que muchas personas sueñan conocer algún día. Los primeros días pasaron tranquilos, tratando de adaptarme al nuevo horario, realizando trámites, comprando objetos esenciales y viendo como mi mundo cambiaba completamente. Estos días fueron enfocados en acoplarme a mi nueva realidad, el primer fin de semana que estuve allá estuvo tranquilo y yo, ingenuamente, pensé que de ahí en adelante todo iba a mejorar.

Para la segunda semana, bueno… yo me sentía más y más triste y sola conforme los días pasaban. No entendía porque me estaba sintiendo así si estaba cumpliendo dos de mis más grandes sueños: vivir fuera del país y estudiar una maestría (aunque esta última aún no comenzaba porque llegué dos semanas antes para acoplarme a mi nueva vida). No era la primera vez que salía al extranjero a estudiar, ya en el 2019 había realizado un semestre fuera durante mi licenciatura, pero ahora eran dos años para completar una maestría. Creo que esta pequeña diferencia de tiempo causó un gran impacto en el hecho de cómo me sentía. Aunque trataba de ver solo un día a la vez, se me hacía eterno el tiempo que iba a pasar allá.

No hay otra forma de explicarles como me sentía más que decirles que sentía que me estaba apagando por dentro. No me emocionaban las cosas que antes me emocionaban, no podía dormir bien, no comía, no tenía con quien platicar, no sabía a dónde ir, despertaba y no podía hablar con nadie por el cambio de horario, no tenía ganas de nada y no podía pensar en otra cosa más que en el hecho de que sentía que no debía de estar ahí. Para mí fue muy impactante como estas emociones se presentaban en mí. Siempre me ha gustado viajar, conocer nuevos lugares y personas con costumbres diferentes, y claro que agradecía mucho la oportunidad de estar en donde estaba, pero dentro de mi había algo que no me dejaba disfrutar plenamente de lo que estaba viviendo.

Yo soy de las personas que siempre abogan por los sentimientos, yo creo que el sentir es uno de los regalos más grandes que tenemos como seres humanos, ya sean sentimientos agradables como los otros no tan agradables. La realidad era que en ese momento no quería sentir absolutamente nada de lo que estaba sintiendo. Me la pasaba llorando todos los días con un sentimiento que no tienen una idea. Me despertaba con un vacío enorme que me seguía todo el día y era por el hecho de que me sentía completamente sola. “La soledad es c4brona” diría mi mamá.

Así pasé varios días intentando ver solo un día más, solo un esfuerzo más, para que llegara el día en que comenzaban mis clases y pudiera enfocar mi mente en otra cosa que no fueran mis sentimientos… hasta que llegó mi punto de quiebre. Ya tenía varios días pensando, junto con mis padres, en distintas posibilidades para tranquilizarme y no sentirme así: que me fueran a visitar, que yo regresara a visitar antes de lo planeado, solo hacer un semestre y regresar a casa, incluso regresar inmediatamente… Esa noche había decidido solo hacer un semestre de la maestría y regresar. Era lo más sensato. Tanto tiempo y dinero invertido en esta meta, que el quedarme solo un semestre era lo que sonaba más lógico. Esa noche pensé que iba a dormir más tranquila teniendo en cuenta la decisión que había tomado, al cabo “ya había estado un semestre fuera de casa”.

Pues no… me desperté muchas veces esa noche, casi cada hora, no tenía sueño pero sabía que tenía que dormir. Otras mañanas, en cuanto me despertaba me entraba un sentimiento de vacío muy feo, pero había manera de disminuirlo distrayéndome con algún otra cosa, pero ese día no fue así. No pasó ni un segundo que abrí mis ojos y comencé a llorar con mucho sentimiento. Lo primero que hice fue llamarles a mis papás. No me podía calmar. Fue muy duró el ver a mis papás detrás de una pantalla y ver que se sentían impotentes, y aunque el hecho de poder verlos y escucharlos me calmaba, dentro de mí sabía que estaban a miles de kilómetros. Después de mucho rato me calmé, sabiendo que si yo no me calmaba, mis papás tampoco iban a estar tranquilos. Creo que el hecho de sentirme como me sentí esa mañana me reafirmo mucho el hecho de yo no debía estar allá y que no me iba a sentir bien aun cuando las responsabilidades de la maestría y de la vida llegaran.

Y en ese momento fue cuando decidí regresar. No crean que fue una decisión fácil porque yo sentía que todavía me podía esforzar más, que este no era mi limite, pero también sabía que si mi salud emocional no estaba bien, nada a mi alrededor podía estarlo. Ese día comencé los preparativos para regresar. Fue difícil comentárselo a las pocas personas que conocí allá porque ellas estaban emocionadas de tener una nueva roomie, de conocernos mejor y crear recuerdos inolvidables. Ellas fueron muy comprensivas y me dieron todo su apoyo, pero sí se siente gacho tener que dar estas noticias.

Antes de irme yo me había prometido a mí misma que iba a cuidar mucho mi salud mental y que iba a dar todo mi esfuerzo por sentirme bien. No tienen idea de cuánto me animaba yo solita todos esos días. Me esforcé tanto como no lo había hecho antes. Yo me consideraba como una persona que no se da por vencida y que siempre, no importa lo que cueste, cumple sus metas. Así que esta decisión también fue un shock para mí, porque aunque sabía que estaba la posibilidad de regresar cuando yo quisiera, nunca pensé que realmente eso era lo que iba a pasar.

Escribiendo esto, casi a dos semanas de haber regresado y llorando por el hecho de revivir estos momentos en mi mente, me doy cuenta que todavía no estoy bien. Que me siento perdida y que sigo teniendo mil preguntas por cómo será mi futuro y lo que quiero hacer. Pero también me tranquiliza mucho el pensar que estoy justo donde tengo que estar. Que las cosas pasan por algo y que de todo se aprende.

Y bueno… hace unos días, estando en redes sociales, me encontré con una historia de una influencer que sigo, llamada Jeanine Amapola, con algunas preguntas para reflexionar sobre el mes pasado. Así que he decido contestarlas como una actividad de reflexión, porque el mes pasado viví más de lo que he vivido en varios años.

¿Qué me enseñó el mes pasado?

Creo que lo más importante que aprendí en Febrero es que es fallar es igual de importante como lograr algo. Aunque no me gusta utilizar esta palabra porque creo que incluye un contexto muy negativo, creo que es también una palabra muy acertada. El hecho de fallar te da una nueva perspectiva de las cosas. En mi caso, creo que el hecho de estar en un momento incómodo y bajo, en el que nunca había estado en mi vida, me ha ayudado ver mil y un posibilidades que no había visto antes. Tuve días muy difíciles y si les soy sincera, experimenté sensaciones y emociones totalmente nuevas. Yo lo veo como un movimiento del centro de mi ser, que me ayudó a ver cuáles son los aspectos realmente importantes en mi vida.

¿Cuál fue mi parte favorita de Febrero?

Mi parte favorita del mes pasado fueron todas las experiencias que tuve. Sé que más arriba escribí que la pasé muy mal, pero realmente no cambiaría nada de lo que viví y todo fue mi parte favorita. Desde el hecho de que me rete a mí misma, de los sentimientos que tuve y de todo lo que pasó. No hay forma de poder escoger solo un momento porque todos esos pequeños momentos me han centrado y me han acercado un poquito más a donde quiero llegar.

¿Qué es lo que más me emociona este nuevo mes?

No es que sea mucho de horóscopos, pero lo que he visto de mi signo es que viene un mes de transición y lo creo. Quiero suponer que tiene algo que ver con el cambio de estación. Así que me encuentro emocionada por ese cambio. Es un proceso también entender que ahora mi vida ya no se encuentra fuera de casa, sino que los retos que vienen están centrados aquí. Todavía no sé bien en qué áreas de mi vida esto se refleje, pero estoy segura que lo que venga, viene a mejorarme y a hacer que siga convirtiéndome en la mejor versión de mí.

¿Qué crecimiento mental puedo tener este mes?

Creo que ahora que regresé a casa, existe un proceso al entender que ahora mi vida se vuelve a centrar aquí. Y no solo eso, sino que tengo que pensar ahora en qué planes y qué metas ponerme. Sé que todo es mental y tengo que comprender que la vida da mil vueltas en los momentos en los que menos lo esperamos. Así que solo quiero, no sólo entender ese cambio, sino entender que la vida está llena de cambios y debí de estar abierta a todos estos y todas las emociones que conlleven.

¿Qué hizo un impacto en mí el mes pasado?

Bueno, creo que esto es obvio. El impacto más grande fue el irme fuera, vivir todo lo vivido, sentir todo lo sentido y al final, decidir regresar a casa. No sé cómo describirlo, pero tuve un movimiento de mi centro. Sé que si no me hubiera ido, no lo hubiera tenido. Esto hizo que me diera cuenta de lo que realmente es importante para mi y de lo que quiero en un futuro para mi vida. Porque lo que pensé que quería… creo que no lo es.

¿En qué pequeño hábito tengo que trabajar en este nuevo mes?

Algo que me emociona desde que regresé es este pequeño espacio. Quiero, al menos, dedicarle 5 minutos al día a este espacio. No solo estar escribiendo entradas, sino también mejorando su diseño y creando un espacio integral para compartir todas mis experiencias. También quiero retomar algunos otros hábitos ahora que ya estoy de regreso, como mejorar mi alimentación y ser un poco más activa.

Me gustó mucho compartir este lado de mi vida de manera honesta y vulnerable. Probablemente siga contestando estas preguntas al termino de cada mes. Al final de todo esto, sigo siendo un trabajo en proceso <3

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