Hay veces que siento que no “me pasó nada” en la semana. Y muchas veces, así es realmente , digamos que no viví ningún suceso monumental, que haya hecho cambiar radicalmente mi vida. Siendo sincera, creo que estos momentos no son los que más peso tienen, sino los pequeños, los momentos cotidianos. Creo firmemente que las pequeñas acciones y los hábitos cotidianos son los que al final del día generan los mayores cambios. Así que les contaré de mis pequeños momentos esta semana.
La semana pasada fue Semana Santa. Yo fui criada católica aunque con el paso del tiempo ya no lo practico tanto, no por alguna razón en específico, sino porque no le he dado la prioridad que merece. Pero bueno, mi mamá sí practica y más en estas fechas, entonces ella sí tuvo varios compromisos, y porqué digo esto, pues porque yo tuve varios huecos en mi semana en donde no sabía qué hacer ni tenía algo qué hacer.
Tengo un podcast con mi mejor amigo (que no les voy a decir cómo se llama jajaja) pero platicamos un poco de toda mi experiencia en Suiza. Una parte de mi creía que ya lo estaba superando, pero volver a hablar de todo lo que viví me hizo volver a llorar un mar de lágrimas. Creo que es algo que he tratado de olvidar porque yo soy así, siempre trato de olvidar los malos ratos y no enfocarme en estos. Pero considero que Suiza fue una experiencia que me hizo reflexionar mucho sobre mis prioridades y creo que necesito enfocarme en el aprendizaje que me dejó y en poder utilizarlo para seguir creciendo. Espero que quienes lo escuchen puedan conectar conmigo y con mis experiencias, que al final del día eso es lo que busco con el compartir mi vida, que alguien pueda identificarse conmigo.
También tuve la oportunidad de visitar un pueblo mágico cerca de donde vivo y aunque lo visitó varias veces al año, tiene una vibra muy linda y por eso me gusta regresar cada que tengo la oportunidad. Después de regresar de Suiza me di cuenta que México es una maravilla y desde entonces lo veo con otros ojos. Casi siempre lo estoy comparando con Europa y siempre pienso que a mi México lindo y querido nada se le parece.
Quiero contarles que esta semana, bueno la semana pasada, compré un colchón y esta semana llegó a mi casa. Es uno de esos colchones que llegan en una caja. Mis papás ya tenían el mismo y decidimos comprar este porque tengo algunas contracturas en la espalda y problemas de postura que ya me estaban molestando demasiado. Así que no solo compramos el colchón sino que también comencé un tipo de terapia de rehabilitación para mejorar mis síntomas y dolores. Ha sido difícil lidiar con estos malestares. Hay momentos que están más fuertes que otros. Esta semana ya me dieron un diagnóstico certero. Fue difícil escucharlo porque hay varias cosas mal en mi postura. Lo que me reconforta es que ya inicié la terapia para mejorar mis malestares musculares. Veremos como sigo evolucionando; espero que bien jajaja.
En mis relaciones personales, en particular tengo una amiga que vive lejos. Casi toda nuestra amistad ha sido virtual porque realmente solo nos hemos visto muy pocas veces pero ha sido increíble ver la confianza que le tengo para contarle sobre mi vida. Ella decidió irse a vivir a otro país, a estudiar y trabajar por un tiempo. Tengo poco más de un año de conocerla y siempre nos mandábamos mensajes, casi todos audios, muy largos por cierto, pero siempre nos dábamos el espacio para escucharlos y contarnos nuestras chocoaventuras. Desde que regresé de Suiza ha sido un poco difícil seguirnos el paso y la extraño para ser sincera. Como les dije, casi toda nuestra amistad ha sido virtual pero su presencia ha significado mucho para mí. Así que espero volver a reconectarnos pronto.
Reconecté con algunos amigos que ya no viven donde yo y estas fechas *casi* siempre vienen a visitar. Yo encantada porque me gusta volver a platicar con ellos en persona, digo, siempre trato de mantener el contacto de manera virtual, pero no hay nada como ver a alguien cara a cara.
Y hablando de mis sentimientos… sigo sin saber qué hacer con mi vida. Ha sido el único sentimiento constante que he tenido desde que regresé. Siento que puede haber mil posibilidades de cómo seguir y qué hacer para seguir, pero ninguna me emociona. Una parte de mi quiere tener todo analizado para poder dar el siguiente paso aunque el otro lado de mí solo piensa que debo avanzar aun sin tener respuestas y sin pensar demasiado. Así que he buscado algunos trabajos para hacer prácticas y creo que voy a aplicar. No pierdo nada. La verdad es que me gustaría tener algo presencial, pero donde vivo, al menos de lo que me gustaría a mí, no hay demasiadas opciones. Así que podemos comenzar de poco a poco y sin pensarlo tanto, solo haciendo se llega a algún lado.
Así que esta fue mi semana. Real y sin demasiadas cosas buenas. Espero que la semana que viene sea mejor y, al menos, pueda decir que me siento un poquito más encaminada a donde quiero ir.
¿Cómo fue su semana? Espero que haya estado mejor que la mía jajaja 🙂